Un inicio fallido

Este carnaval empezó con: confusiones, suspensiones, discusiones entre la IMM y Audeca (Asociación uruguaya de candombe) que hasta ayer no perecía dilucidarse.
Si bien ahora todo parece encaminado, el carnaval no escapa a la máxima de los uruguayos: dejar todo para último momento.

Si de confusiones se trata, la venta de entradas es el ejemplo perfecto.

Cuando se pusieron en venta las entradas eso no significó que se supiera por parte del vendedor para qué parte del Templo de Momo era la entrada que adquirías.
La culpa, según una empleada de Abitab, no es de ellos, sino de los que organizan el carnaval, que si bien les dieron las entradas no les supieron dar un mapa del Teatro de Verano donde se aclarara cuáles son los sectores, cuáles son las tribunas y qué ubicación tienen.
Es una confusión para los vendedores porque para este año, casi todas las entradas son numeradas y ubicadas por sectores menos la que vale $60 que es la general. Por eso, ellos en esas condiciones, no le pueden explicar a la gente dónde se sentará con la entrada que compró en la etapa que eligió.
La solución, llamar a DAECPU y preguntar vía telefónica con entrada en la mano, qué sector del Teatro le corresponde a su entrada.

Suspensión de la primera etapa: paga el justo por el pecador.

Cuando todo parecía que la etapa del martes 3 de febrero se iba a llevar a cabo, se resolvió que no. Mucha gente se preguntó por qué si el día estaba lindo, lo que pasó es que si bien tuvieron tiempo para poner en venta las entradas no lo tuvieron para terminar las obras en el Teatro de Verano, por eso no estaba habilitado el Templo de Momo por parte de la IMM.
Los conjuntos que iban a dar el puntapié inicial (Murga Don Timoteo, Lubolos Mi Morena, Murga La Cofradía y Parodistas Galileos), no pudieron hacer las pruebas de sonido la noche anterior por la tormenta, que además retrasó la finalización de las obras.
Me pregunto, con todo el tiempo que tuvieron desde que terminó el carnaval pasado, por qué esas obras no estaban terminadas antes de poner en venta las entradas para esa etapa, o por qué pusieron una etapa en una fecha donde iba a ser muy difícil que estuviese todo pronto.
Qué final tuvo, esa etapa se realizará el 17 de febrero.

Casi nos quedamos sin llamadas.

El conflicto entre la IMM y Audeca tiene su origen en lo que terminaron las llamadas del año pasado, donde muchas comparsas se quedaron sin desfilar. Si bien llovió, el problema que Audeca planteaba es que por el orden que estableció la Intendencia de Montevideo, las comparsas más perjudicadas fueron las que más les cuesta el desfile, sea porque son del interior o porque son las menos conocidas.
Ya se sabía que iba a ser difícil establecer el orden en que desfilarían las comparsas el 5 y 6 de febrero por la calle Isla de Flores, y así fue.
Hasta último momento no hubo acuerdo pero luego de que la IMM decretó el orden, Audeca protestó y al final se llegó a una resolución. El orden se estableció de acuerdo a que se intercalen comparsas y así tener no sólo un día de agrupaciones de negros y lubolos conocidas, garantizando la misma concurrencia e importancia a los dos dias.